Fractura de cadera
En la mayoría de casos se trata de pacientes de edad avanzada. En estos casos, el tratamiento quirúrgico es el adecuado, ya sea estabilizando la fractura mediante clavos o placas y tornillos, o sustituyendo la parte afectada del fémur por una prótesis.
La fractura de cadera se debe operar cuanto antes una vez estabilizado el paciente medicamente y ya no existan riesgos secundarios debidos a tratamientos médicos.
Fracturas (extenso)
Una fractura se define como la rotura de un hueso debido a un traumatismo o fuerza externa que sobrepasa su capacidad de resistencia. La intensidad del traumatismo puede provocar la fractura de una sola vez (caídas, accidentes de circulación, accidentes deportivos…) o precisar la repetición del traumatismo cuando este es de baja energía (fractura de estrés). En otras ocasiones, la fractura puede producirse por traumatismos banales por la fragilidad intrínseca del hueso (fracturas patológicas).
Fractura bifocal de tibia
El tratamiento de las fracturas se basa en dos en procedimientos: (1) “no operatorios o conservadores”, mediante los cuales se realizan maniobras externas para acomodar los desplazamientos óseos, y luego se aplican aparatos externos inmovilizadores como los moldes de yeso, férulas, vendajes, o simplemente el reposo, y (2) “tratamientos quirúrgicos”, también denominados “osteosíntesis”, mediante los cuales se acomodan los fragmentos óseos desplazados a través de alguna forma de cirugía, y para mantenerlos inmovilizados se utilizan implantes internos, casi siempre metálicos; de esta manera se sostiene la reducción lograda.
El objetivo del traumatólogo es que se produzca la consolidación de la fractura en la posición más anatómica posible y compatible con una recuperación funcional máxima. Para ello es esencial un conocimiento de los principios biológicos y biomecánicos fundamentales que le permita indicar el mejor tratamiento en el momento más oportuno.
Las modernas técnicas de estabilización y fijación de las fracturas con las que contamos favorecen la consolidación, disminuyendo los tiempos de inmovilización y facilitando la reincorporación del paciente a su actividad habitual.

Procedimientos quirúrgicos:
- Fracturas de huesos largos (extremidades superiores e inferiores)
- Fracturas de hombro, clavícula y codo
- Fracturas de muñeca y mano
- Fracturas de pelvis
- Fracturas de fémur proximal y distal
- Fracturas de tibia proximal
- Fracturas de tobillo y pie
- Extracción de material de osteosíntesis
- Fractura proximal de húmero
Las fracturas del tercio proximal del húmero se pueden producir a cualquier edad, aunque frecuentemente afectan a pacientes jóvenes (en accidentes deportivos, accidentes de tráfico, etc.) y pacientes de edad avanzada, en casos relacionados con la osteoporosis.
El tratamiento dependerá del desplazamiento de los fragmentos que se presentan en la fractura.
Así pues, se realizará tratamiento no quirúrgico en aquellas fracturas que no estén desplazadas, y se optará por un tratamiento quirúrgico en aquellas fracturas cuyos fragmentos estén desplazados y puedan provocar una dificultad en la consolidación o una consolidación en mala posición, lo que daría como resultado un mal funcionamiento de la extremidad. Es muy importante, pues, que un traumatólogo especialista en cirugía del hombro dé solución a estas fracturas, dado que se trata de una cirugía de alta complejidad.
Su cirujano especialista en cirugía del hombro deberá escoger entre las diferentes opciones para elegir la mejor opción para tratar su problema:
- Tratamiento conservador
- Osteosíntesis de las fracturas proximales de húmero
- Artroplastia de hombro
Para conseguir un resultado óptimo después del tratamiento quirúrgico, su traumatólogo le prescribirá un tratamiento rehabilitador para hacer frente a las actividades de la vida diaria, así como para volver a su actividad laboral y deportiva en las mejores condiciones.
Tratamiento conservador
Es la opción no quirúrgica, cuando por las características de la fractura la mejor opción es no operar, ya que el resultado final será probablemente igual que si se realizara una intervención pero sin los riesgos que conlleva ir a quirófano.
Este tratamiento consiste en tener inmovilizado el brazo afectado mediante un vendaje inmovilizador que no deberá quitarse en todo el día y toda la noche durante tres semanas.
A partir de las tres semanas se inician una serie de ejercicios pasivos que le enseñarán en la consulta con el fin de comenzar la fase de recuperación de su hombro. Estos ejercicios los deberá realizar durante un periodo de tres semanas más, y a partir de las seis semanas desde la fractura se iniciará la rehabilitación asistida hasta su recuperación final.
Osteosíntesis de las fracturas proximales de húmero
Se trata de una opción quirúrgica, cuando por las características de la fractura la mejor opción es operar, ya que el resultado final probablemente no sería igual sin realizar una intervención. Esto implica que se asumen los riesgos asociados al quirófano, pero los beneficios que se obtienen con la intervención son mayores que dichos riesgos.
Con la osteosíntesis, el cirujano intentará reconstruir la forma normal del hombro fracturado por medio de las diferentes técnicas que existen actualmente, entre otras, el enclavado endomedular y la placa.